En las plataformas de ESPN se ha puesto al desnudo un nombre: Salvi Rafael Folch Viadero. Él sería el nuevo presidente del América.
En el horizonte del Internet Rafael Folch es un encumbrado experto en finanzas en Televisa. Se le atañe un pasado incluso como uno de los hombres clave en la Comisión Nacional Bancaria de México y un especialista en procesos de devaluación.
Este es el único síntoma de enlace de este experto de 51 años que parece encajar con el presente americanista: sería el presidente de un equipo devaluado.
Las versiones afirman que Zague sería el director deportivo y quien llevaría entre las penumbras, la lámpara de luz amarillenta y agónica del americanismo en busca de una redención y resucitación.
La gran tarea para el América tiene dos vertientes:
1.- Saber elegir al técnico.
2.- Saber respaldar al técnico.
El Nido de Coapa ha sido un nido de sabandijas ponzoñosas, el equipo empezó su crisis en el vestidor y cuando el caos se fomentó en el Nido, saltó a la cancha.
América no sólo debe ser inteligente para elegir al técnico sino que debe ser inteligente para saber respaldarlo. No se trata de decirlo ante los medios, se trata de cerrar las puertas de las oficinas a cualquier jugador que quiera extorsionar voluntades.
Ahora se sabe, y quienes escuchan
Raza Deportiva de ESPNDeportes Radio, identifican perfectamente quién es la fuente y quién el transmisor de esa revelación.
Ahora se sabe que Vicente Matías Vuoso tenía su propio grupo y que Ángel Reyna tenía el suyo, y que había otros que no se sumaban a ninguno, con lo cual conformaban un tercer grupo de rebeldes.
Dicen las versiones que la crisis llegó a tal extremo que a la hora de los alimentos la tensión era tan palpable que el menor sonido alertaba a todos, como si fuera un escenario de película de comedor de reclusorio con rufianes al acecho para saltar unos contra otros. No se comunicaban con palabras. El único mensaje eran miradas de repulsa.
El cisma llegó a provocar que en esa conformación de grupos, se distribuyeran, de manera distinta, las parejas en las concentraciones del equipo previas a los juegos.
¿Podían ser equipo unos y otros dentro de la cancha si eran varios equipos uno contra otro fuera de la cancha? Imposible.
La fuente explicaba que los conflictos se agravaron con la llegada de Carlos Reinoso y que las confrontaciones se dieron puntualmente en ese escenario con Vuoso y Mosquera, y el regocijo de Ángel Reyna.
Ojo: aquí no hay inocentes, sólo culpables, todos culpables. Tan convictos son los que se sumaban a grupos, como los que se dejaron llevar por la tercera corriente: la de la indiferencia.
Culpables son todos, porque todos callaron y porque todos fueron cómplices, los que actuaron de palabra, obra y omisión, y los que se dedicaron a contemplar.
Lo importante es lo que viene ahora.
De Salvi Rafael Folch Viadero se saben sus habilidades malabares en cuestiones financieras al servicio de Televisa, pero no se encontró ni un vestigio de que, al menos, fuera un ferviente aficionado al futbol o que al menos haya intentado patear una pelota al menos en una cascarita dominguera.
Y además: ¿Esta Zague capacitado para elegir a entrenador y jugadores que requiere el equipo?
Parece proco probable. Hay algunos despistados que sugieren que Zague llevará a un entrenador de su confianza.
¿Se trata de que Zague salve su pellejo o de que se salve el plumaje del equipo y se le reconstruya para su grandeza?
Y además: ¿conoce Zague tanto y tan bien a entrenadores como para identificar el correcto para las Águilas?
Podrá, dicen quienes dicen conocerlo, ser bien intencionado, americanista de corazón, pero eso podría calificar para el puesto a una docena más de apóstoles, falsos o no, de ese presunta pasión por el Nido.
Insisto: América necesita romper con sus atavismos y tabús.
Y eso empezaría desde el hecho de creer que las credenciales pobres de Zague lo habilitan como genio para encontrar la cuadratura a un círculo americanista que parece un hoyo negro dispuesto a tragarse todo.
¿Quiere a Javier Aguirre? Pues que apueste todas sus canicas al Vasco, quien evidentemente está más capacitado como hombre de futbol que Zague, a pesar de las torpezas perpetradas junto con Mario Carrillo en el Mundial de Sudáfrica, ante Argentina y Uruguay.
¿Quiere a Néstor de la Torre como presidente del equipo? Pues si el 16 de noviembre no se ha finiquitado la operación del Grupo Santa Fe comprando al Atlas, deberá buscar otras rutas para volver al futbol profesional de México.
¿Quiere a Jorge Valdano? Dinero sobra para consolidar un proyecto para inventarse a unas Águilas Galácticas.
América necesita fundamentar un proyecto, concebirlo, estructurarlo, porque hoy, en este momento, sigue improvisando, y seguramente este tipo, Salvi Rafael Folch Viadero, debe entender que pone en riesgo su prestigio, su carrera y su futuro, si se consolida otro fracasototote americanista.
América no se reconstruye, se parcha. No se reinventa, se improvisa. No se hace una cirugía mayor, sólo se hace implantes para tapar sus llagas.
Por eso insistía en la anterior entrega: América no debe reeditar sus errores del pasado con la esperanza de que esta vez encuentre un resultado distinto.
Las equivocaciones de ayer, serán equivocaciones siempre aunque se les cambie de nombre, de sexo y de hábito.