jueves, 9 de febrero de 2012

Alessandro Del Piero mandó un mensaje en video a una niña de 12 años en estado de coma, y despertó.

Ser niño o adolescente y tener un ídolo en el futbol no sólo implica apoyarlo a través de la televisión o en las tribunas de un estadio, también existe ese sueño inocente e inquieto por conocerle en persona. Ya sea para pedirle un autógrafo, una fotografía o simplemente admirarlo de frente nos damos por bien servidos. Desafortunadamente hay jugadores que se niegan a entablar contacto con aquellas personas que los dignifican como héroes. Pero no todos. Hay cracks que reflejan su grandeza tanto en el terreno de juego como fuera de él, hombres que se entregan de manera simultánea a la camiseta que portan y a la afición que los enaltece. Uno de ellos es Alessandro Del Piero.
Con la angustia y dolor de saber que su pequeña hija Giada, de 12 años, entró en coma, Francesco recurrió a una medida desesperada, pero que en el fondo se alimentaba de esperanza. El impulso motivado por una ilusión orilló al padre de Giada a buscar a Alessandro Del Piero para pedirle un favor: grabar en video un mensaje de aliento para su hija. Sin dudarlo un segundo, Pinturicchio aceptó.
Y es que Alessandro Del Piero es el ídolo, el héroe de Giada. Fanática de Juventus y admiradora de Pinturicchio, la niña no sólo lo adora como jugador, sino también como persona, pues sabe que el italiano también colabora en obras benéficas. Además de la grabación, Francesco se dio a la tarea de tapizar el cuarto de hospital con imágenes del futbolista; creía que era la atmósfera más propicia para ponerle el mensaje de Del Piero a su hija, palabras que fueron las siguientes:
“Hola, Giada. Soy Alessandro Del Piero. Espero que puedas despertar lo antes posible para ver mis partidos, venir a encontrarme y poder conocernos”.
Entonces ocurrió lo inexplicable, el milagro. “Cuando pusimos la grabación dio señales de recuperación. Primero movió los dedos de una mano, esa misma noche despertó y llamó a su madre. Al día siguiente pidió un helado de fresa”, dijo Francesco a medios ingleses.
Ni rezos ni plegarias causaron el despertar de Giada. La voz de su héroe fue lo que le permitió recobrar el movimiento corporal, así como el poder abrir los ojos. “Lo que ha pasado ha sido algo maravilloso. No tengo palabras para agradecerle a Del Piero su ayuda, su sensibilidad. Su afecto y el trabajo de los médicos han curado a mi hija”, añadió Francesco.
De acuerdo a la prensa italiana, la niña ya abandonó el hospital y se encuentra en casa con sus padres. Asimismo califican este este suceso como El milagro Del Piero.
Milagro o no, cuestión de creencias o escepticismos, Del Piero demuestra una vez más que no le son ajenas las tragedias de los demás y que puede colaborar en lo que esté a su alcance para que alguien sonría. QuizáPinturicchio, no lo sabemos, participa en este tipo de labores para dar lo que él no tuvo o no pudo hacer durante la infancia con respecto a sus ídolos. En noviembre de 2011 dijo lo siguiente a El País:
“No creo que hubiese sido capaz de pedir un autógrafo, ¡era tan tímido! Sinceramente, no sé qué habría hecho con un autógrafo. Para mí, la gozada habría sido ver a mis ídolos, pero en la vida habrían pasado por San Vendemiano, mi pueblo, ni la Juve, ni Platini. No (tuve posters), porque era muy caro. En casa no había tanto dinero. Sólo conseguía que mi madre me comprara un par de sobres (de estampas). Pegaba los cromos a mi bici… Si he aprendido tanto es porque me he pasado la vida mirando”.
Con Giada no quiso ver, no quiso ser testigo. Participó con un mensaje, acercándose como el ídolo que es a una de sus admiradoras. Mientras tanto, Del Piero espera el momento en que la niña lo visite para que sin timidez le pregunte cómo está.


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