Después de vivir cuatro años en los Estados Unidos, en Redwood City, CA., específicamente, pensé que mi vida de futbolista había terminado, a decir verdad, sólo entró en un pequeño receso. Durante mis estudios en secundaria y preparatoria, el deporte que realmente me apasionaba fue el basquetbol. Mis habilidades en él, me permitieron estar en la selección y también ser parte activa de los equipos: Soles, Hawks y del Atlético Morelia, conjunto que integramos con mis amigos; mismo que inscribimos en la Liga Municipal local, por supuesto que el nombre era en honor del cuadro de balompié del cual éramos fanáticos.
Además del deporte, también he sido parte activa de la música, tuve mis momentos de gloria con el grupo: Musical California. Mi primo Juan Carlos era guitarrista del mismo y me invitaba a los ensayos; de ahí nació mi gusto por la batería. Después de un tiempo y tras la salida del baterista, me dieron la oportunidad de quedarme en su lugar, mi cercanía con el grupo permitió que tuviera un amplio dominio del repertorio, así que sin dudarlo, acepté.
Fue una tarde, mientras descansábamos en casa de mi mejor amigo, Enguel Chávez, que su papá nos invitó a jugar una ‘cascarita’ con sus colegas, todos médicos de profesión. El partido se disputaría en las canchas de la Unidad Deportiva Cuauhtémoc de Morelia. Sin nada mejor qué hacer, aceptamos la propuesta, al preguntarnos qué posición jugábamos, yo les dije que portero, eso me daría la oportunidad de no correr, además de que conocía la posición, pues en mi infancia la desarrollé.
Ya finalizado el partido, uno de los médicos se acercó a mí, me dijo que su hermano Norberto Bedolla sería el Director Técnico del Independiente, equipo de buen prestigio dentro de la Liga Municipal, además de contar con una enorme tradición en la ciudad. Él me dijo que debería probarme con ellos, que estaban buscando un portero para la próxima temporada.
Cuando llegué a casa y le di la noticia a papá, él estaba muy contento, sin embargo, yo seguía teniendo mis dudas. En ese momento no había nada más importante para mi que el baloncesto. Sin embargo, todas las dudas se disiparon cuando me animó diciéndome que él me llevaría personalmente a realizar las pruebas, además de que me apoyaría en todo momento que fuera necesario. La prueba fue un éxito, de esa forma retomé mi carrera futbolística.
Al mismo tiempo, seguía cursando mi carreta de Contador Público en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, por lo que ya eran diversas actividades las que ocupaban mi tiempo: La escuela, el futbol, el grupo musical y por supuesto mi novia, ahora mi esposa y madre de mis hijos.
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Ya como jugador profesional, era imposible mantener el ritmo que hasta el momento llevaba, me vi entonces obligado a tomar una decisión, continuar como futbolista o inclinarme por el basquetbol y el grupo musical. La escuela no era opción, esa era totalmente obligatoria…
Con el Morelia dispute 282 partidos, antes de ser transferido en el Draft 2010, a cambio de Federico Vilar tras estar 11 años con Morelia.
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Tengo la seguridad que no me equivoqué, aquí estoy 13 años después, con una trayectoria que me respalda en el máximo
circuito.En relación al tema de la selección Mexicana y por qué no he sido llamado en éste momento, no creo que sea por falta de méritos o nivel futbolístico, sino más bien porque cada técnico tiene su manera de ver el futbol, y las piezas que necesita para llevarlo a cabo, son su decisión. Respeto al técnico y el hecho de que no me llame solamente me hace trabajar más, para estar listo cuando llegue el llamado, porque sé que llegará.
Espero les haya entretenido y ahora que conocen un poco mejor la historia de mi carrera futbolística, sepan que nunca es tarde para empezar, sólo hay que querer hacerlo y dedicarte al 100%
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